Este proyecto parte de un salón comedor con un aspecto frío y poca personalidad, que no terminaba de reflejar la forma de vivir de sus propietarios. El objetivo fue claro: transformarlo en un espacio más cálido, acogedor y con carácter.

La intervención comenzó trabajando una única pared con papel pintado, elegida como punto focal del salón. A partir de ella se estudió cuidadosamente la selección de textiles, buscando equilibrio y coherencia en todo el conjunto.

Uno de los elementos clave ha sido la alfombra a medida, diseñada específicamente para enmarcar la zona de estar. Se eligió un tejido muy duradero, pensado para el día a día, que aporta orden y confort al espacio.

El salón se aleja de lo convencional: no hay mesa de centro. Por deseo de los clientes, se optó por dos butacas auxiliares, priorizando la comodidad y una forma más flexible de disfrutar del espacio. Las mesas auxiliares se integran como piezas funcionales y decorativas.

Destaca también el cuadro situado detrás del sofá, diseñado a medida junto a una artista con la que colaboramos habitualmente. Una obra creada específicamente para este proyecto, donde los colores encajan a la perfección con la estética global del salón.

Para completar la transformación, se retapizaron las butacas auxiliares y se diseñaron cortinas a medida, aportando calidez y un acabado envolvente.

El resultado es un salón comedor acogedor, equilibrado y con identidad propia, pensado para disfrutarse.